El testigo clave del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz desapareció un 18 de septiembre. Con una jornada artística y una marcha por el centro de la ciudad se reclamó por el esclarecimiento del caso. “Luchamos contra la impunidad de ayer y la de hoy”, afirmaron
El 17 de septiembre de 2006 fue el último día que la familia de Jorge Julio López disfrutó de su compañía. A la mañana del día siguiente él desapareció, y hasta el momento no hay ninguna noticia sobre su persona.
A cuatro años de la segunda desaparición del testigo clave en el juicio contra Miguel Etchecolatz, diversas agrupaciones reclamaron por su aparición con vida y juicio y castigo a los culpables del hecho.
Mar del Plata no estuvo ajena al recuerdo y a la lucha, por lo que ayer a la tarde la Agrupación H.I.J.O.S. Regional local en la Red Nacional y la Mesa de Trabajo Multisectorial realizaron una jornada artística previo a marchar por las calles céntricas de la ciudad, pasando por el Tribunal Oral donde se están llevando a cabo los juicios en la causa Base Naval.
“Hoy es un día muy movilizador, ya van cuatro años de la desaparición de Jorge Julio López, sin noticias sobre él y le exigimos al Gobierno nacional aparición con vida y juicio y castigo a los culpables”, sostuvo Marcelo Cañete, de H.I.J.O.S.
Además de recordar a López, los organizadores destacaron que el acto también se realizó con la consigna de no olvidar La Noche de los Lápices, que el pasado jueves 16 se cumplieron 34 años; a Silvia Suppo, testigo en un juicio con militares y asesinada hace seis meses en la provincia de Santa Fe y sin ningún culpable, y las “compañeras desaparecidas” en la Base Naval: Lazzeri, Iorio y Retegui.
El pedido de justicia, castigo y la consigna de no olvidar los hechos cometidos durante los gobiernos militares durante la última dictadura fue el eje que atravesó todas las actividades. Sobre un escenario dispuesto sobre Mitre y avenida Luro, teatristas y músicos le dieron color a un reclamo que lleva más de tres décadas y que sigue sumando hechos. El grupo de teatro Locomún, la murga Bacanaes, Pitu Farias, el dúo Karma y La Trova fueron los números que antecedieron la marcha por el centro de la ciudad. En Luro y Santiago del Estero, la marcha se detuvo ante el Tribunal para pedir por el avance en los juicios contra los delitos de lesa humanidad y recordar a los 30 mil desaparecidos.
“Para nosotros Julio López es el desaparecido 30.001. Se suma a los muchos otros que ya no están con nosotros, entre los cuales hay muchos artistas a los cuales recordamos un día como hoy”, explicó Carlos Ferreyro, director del grupo teatral Locomún.
En la jornada de ayer también se recordó la desaparición del matrimonio de Tristan Omar Roldán y Delia Garaguso y se difundió el juicio que se lleva adelante en la causa Base Naval, para dar a conocer lo que implica “realmente el asesinato de Julio López y el asesinato de Silvia Suppo, testigos en causas contra militares”, completó Rocío Vattimo León, de H.I.J.O.S.
DESAPARECER EN DEMOCRACIA
Jorge López fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 hasta el 25 de junio de 1979. Años después, con la reinstauración de la democracia, la Justicia comenzó a juzgar a todos los involucrados en los delitos de lesa humanidad cometidos durante el período militar. Entre los acusados se encontraba Miguel Etchecolatz. López era querellante en la causa y considerado un testigo clave, ya que con sus declaraciones involucraban a muchos militares y policías.
A pesar del tiempo transcurrido y en el marco de los juicios a los involucrados en la tortura y desaparición de más de 30 mil personas, Julio López desapareció sin dejar rastros el 18 de septiembre de 2006, en La Plata.
“Entendemos que la cuestión de rodear de solidaridad a los testigos en Mar del Plata y en todas partes del país es de vital importancia. No queremos pasar el silencio que se generó alrededor de Jorge Julio López”, sostuvo Gerardo Ordoñez (PTS) y añadió: “el hecho que tanto los relatos de López como Suppo se hayan convertido en acusación para los genocidas es lo que los vuelve más vulnerable ante las fuerzas”.
Por su parte, Ferreyro afirmó: “Desde la dictadura hasta hoy, la represión sigue siendo muy grande. Hoy se persigue a los luchadores populares, hay más de cuatro mil que tienen causa abierta y esas son las mismas razones por las cuales hoy tenemos 30 mil desaparecidos, porque eran luchadores. Está jornada fue para luchar por esta impunidad tanto de ayer como de hoy”.
MARIPOSAS PRESENTES
Al pie del escenario y ante la vista de todos los presentes tres mariposas acompañaron cada una de las representaciones artísticas de la tarde de ayer. Este fue el modo en que la Agrupación H.I.J.O.S. Mar del Plata eligió para mantener vivo el recuerdo y el pedido de justicia por Patricia Emilia Lazzeri (Pato), Liliana Iorio (Tana) y Liliana Beatriz Retegui (Lilianita), tres jóvenes militantes de la Juventud Universitaria Peronista desaparecidas el 19 de septiembre de 1976.
Esa madrugada las estudiantes estaban reunidas en un departamento ubicado sobre la calle Don Bosco, junto con otras amigas, pero la tranquilidad del momento fue interrumpida por un grupo de hombres que las secuestró.
Sólo dos de las jóvenes que estaban en esa noche fueron liberadas y años después sus testimonios confirmaron que el destino final de los amigas había sido la Base Naval.
La iniciativa de las mariposas surge del nombre que recibieron las militantes políticas de República Dominicana opositoras al régimen de Trujillo. “Hoy Pato, Tana y Lilianita son nuestras Mariposas y con ellas simbolizamos a todos los hombres y mujeres víctimas del plan sistemático de extermino llevado a cabo durante el último régimen militar”, afirmaron desde H.I.J.O.S.
A cuatro años de la segunda desaparición del testigo clave en el juicio contra Miguel Etchecolatz, diversas agrupaciones reclamaron por su aparición con vida y juicio y castigo a los culpables del hecho.
Mar del Plata no estuvo ajena al recuerdo y a la lucha, por lo que ayer a la tarde la Agrupación H.I.J.O.S. Regional local en la Red Nacional y la Mesa de Trabajo Multisectorial realizaron una jornada artística previo a marchar por las calles céntricas de la ciudad, pasando por el Tribunal Oral donde se están llevando a cabo los juicios en la causa Base Naval.
“Hoy es un día muy movilizador, ya van cuatro años de la desaparición de Jorge Julio López, sin noticias sobre él y le exigimos al Gobierno nacional aparición con vida y juicio y castigo a los culpables”, sostuvo Marcelo Cañete, de H.I.J.O.S.
Además de recordar a López, los organizadores destacaron que el acto también se realizó con la consigna de no olvidar La Noche de los Lápices, que el pasado jueves 16 se cumplieron 34 años; a Silvia Suppo, testigo en un juicio con militares y asesinada hace seis meses en la provincia de Santa Fe y sin ningún culpable, y las “compañeras desaparecidas” en la Base Naval: Lazzeri, Iorio y Retegui.
El pedido de justicia, castigo y la consigna de no olvidar los hechos cometidos durante los gobiernos militares durante la última dictadura fue el eje que atravesó todas las actividades. Sobre un escenario dispuesto sobre Mitre y avenida Luro, teatristas y músicos le dieron color a un reclamo que lleva más de tres décadas y que sigue sumando hechos. El grupo de teatro Locomún, la murga Bacanaes, Pitu Farias, el dúo Karma y La Trova fueron los números que antecedieron la marcha por el centro de la ciudad. En Luro y Santiago del Estero, la marcha se detuvo ante el Tribunal para pedir por el avance en los juicios contra los delitos de lesa humanidad y recordar a los 30 mil desaparecidos.
“Para nosotros Julio López es el desaparecido 30.001. Se suma a los muchos otros que ya no están con nosotros, entre los cuales hay muchos artistas a los cuales recordamos un día como hoy”, explicó Carlos Ferreyro, director del grupo teatral Locomún.
En la jornada de ayer también se recordó la desaparición del matrimonio de Tristan Omar Roldán y Delia Garaguso y se difundió el juicio que se lleva adelante en la causa Base Naval, para dar a conocer lo que implica “realmente el asesinato de Julio López y el asesinato de Silvia Suppo, testigos en causas contra militares”, completó Rocío Vattimo León, de H.I.J.O.S.
DESAPARECER EN DEMOCRACIA
Jorge López fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 hasta el 25 de junio de 1979. Años después, con la reinstauración de la democracia, la Justicia comenzó a juzgar a todos los involucrados en los delitos de lesa humanidad cometidos durante el período militar. Entre los acusados se encontraba Miguel Etchecolatz. López era querellante en la causa y considerado un testigo clave, ya que con sus declaraciones involucraban a muchos militares y policías.
A pesar del tiempo transcurrido y en el marco de los juicios a los involucrados en la tortura y desaparición de más de 30 mil personas, Julio López desapareció sin dejar rastros el 18 de septiembre de 2006, en La Plata.
“Entendemos que la cuestión de rodear de solidaridad a los testigos en Mar del Plata y en todas partes del país es de vital importancia. No queremos pasar el silencio que se generó alrededor de Jorge Julio López”, sostuvo Gerardo Ordoñez (PTS) y añadió: “el hecho que tanto los relatos de López como Suppo se hayan convertido en acusación para los genocidas es lo que los vuelve más vulnerable ante las fuerzas”.
Por su parte, Ferreyro afirmó: “Desde la dictadura hasta hoy, la represión sigue siendo muy grande. Hoy se persigue a los luchadores populares, hay más de cuatro mil que tienen causa abierta y esas son las mismas razones por las cuales hoy tenemos 30 mil desaparecidos, porque eran luchadores. Está jornada fue para luchar por esta impunidad tanto de ayer como de hoy”.
MARIPOSAS PRESENTES
Al pie del escenario y ante la vista de todos los presentes tres mariposas acompañaron cada una de las representaciones artísticas de la tarde de ayer. Este fue el modo en que la Agrupación H.I.J.O.S. Mar del Plata eligió para mantener vivo el recuerdo y el pedido de justicia por Patricia Emilia Lazzeri (Pato), Liliana Iorio (Tana) y Liliana Beatriz Retegui (Lilianita), tres jóvenes militantes de la Juventud Universitaria Peronista desaparecidas el 19 de septiembre de 1976.
Esa madrugada las estudiantes estaban reunidas en un departamento ubicado sobre la calle Don Bosco, junto con otras amigas, pero la tranquilidad del momento fue interrumpida por un grupo de hombres que las secuestró.
Sólo dos de las jóvenes que estaban en esa noche fueron liberadas y años después sus testimonios confirmaron que el destino final de los amigas había sido la Base Naval.
La iniciativa de las mariposas surge del nombre que recibieron las militantes políticas de República Dominicana opositoras al régimen de Trujillo. “Hoy Pato, Tana y Lilianita son nuestras Mariposas y con ellas simbolizamos a todos los hombres y mujeres víctimas del plan sistemático de extermino llevado a cabo durante el último régimen militar”, afirmaron desde H.I.J.O.S.
Redacción El Atlántico
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