12 de julio de 2014

Un programa para el Buen Vivir.

Por Facundo “Apache” Villalba

Poco antes de llegar a la mitad de los años 60 y en el marco del mundo signado por la disputa entre EEUU y la URSS, un grupo de 77 países firma una  "Declaración Conjunta de los Países en Desarrollo Setenta y Siete" emitida al final de la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y el Desarrollo en Ginebra.

Tres años más tarde, la primera “reunión multisectorial” del G 77 se lleva adelante en Argel, allí los países en desarrollo re afirman su condición de “no alineados”.
La derrota del campo socialista y la consolidación de la hegemonía yankee pusieron durante años a la defensiva a este grupo que llegando el nuevo siglo y con la crisis del capitalismo, las disputas inter-imperialista y el surgimiento de nuevos polos alternativos, como telón de fondo, recobra importancia.
50 años después de la primer declaración, este grupo, que hoy cuenta con más de 130 miembros, volvió a reunirse en la ciudad de Santa Cruz, Bolivia  en este caso con el dato,  no menor, de la invitación al “gigante asiático” en quien muchos de estos gobiernos ven un aliado.
En este marco, la localía  y la evidente crisis de occidente, le permitieron al presidente Evo Morales, desplegar en su discurso una serie de conceptos e iniciativas para plasmar el “Buen Vivir” y una “hermandad planetaria”, que con matices fueron plasmados en el documento final.
Durante su intervención Morales destaco que la actual crisis tiene el carácter de “estructural, porque afecta a todos los componentes del propio desarrollo del capitalismo, es decir es una crisis financiera, energética, climática, hídrica, alimentaria, institucional y de valores, que se retroalimentan unas a otras” y remarco que “Hemos llegado a un límite y hay que tomar acciones mundiales urgentes para salvar a la sociedad, a la humanidad y a la  Madre Tierra”.
Evo Morales recordó que “En Bolivia, la lucha histórica de los movimientos sociales, especialmente  del movimiento indígena originario campesino, nos ha permitido iniciar pacíficamente, mediante el voto y sin utilizar la violencia, una Revolución Democrática y Cultural que destierre la exclusión, la explotación, el hambre, el odio, para reconstruir el camino del equilibrio, de la complementariedad, del consenso con identidad propia, del Vivir Bien.
A partir del año 2006, el Gobierno Boliviano aplicó una nueva política económica y social, expresada en un nuevo Modelo Económico Social Comunitario y Productivo, cuyos ejes fundamentales son: la nacionalización de los recursos naturales, la recuperación para beneficio de todos los bolivianos del excedente económico, la redistribución de la riqueza y la participación activa del Estado en la economía.
El 2006 el Estado y el pueblo tomamos la decisión política, económica y social más relevante: la nacionalización de los hidrocarburos, que se constituye en el eje central de nuestra revolución”  y agrego que  “Cuando asumimos el gobierno, la diferencia entre la población más rica y la más pobre, era de 128 veces. Ahora esa diferencia se redujo a sólo 46 veces”
Antes de finalizar su intervención el primer presidente aymara propuso una serie de  tareas para construir la sociedad del “Buen Vivir”, que a continuación resumimos.

1)  Del desarrollo sustentable al desarrollo integral para vivir bien, en armonía y equilibrio con la madre tierra. 
“Construir una visión distinta del desarrollo occidental capitalista, transitando desde el paradigma del Desarrollo Sostenible al paradigma del Desarrollo Integral para Vivir Bien, que busca no sólo el equilibrio entre los seres humanos, sino el equilibrio y la armonía con nuestra Madre Tierra.   Ningún desarrollo es sustentable si la producción destruye la Madre Tierra, ya que es la fuente de la vida y nuestra existencia. Ninguna economía es duradera si produce desigualdades y exclusiones.   Ningún progreso es justo y deseable si el bienestar de unos es a costa de la explotación y la miseria de otros.
El Desarrollo Integral para Vivir Bien significa generar bienestar para todos, sin exclusiones; significa respetar la diversidad de economías de nuestras sociedades; respetar los conocimientos locales y respetar la Madre Tierra y su diversidad biológica, que alimentará a las generaciones venideras.   Desarrollo Integral para Vivir Bien es producir para satisfacer necesidades reales, y no para ampliar infinitamente las ganancias (…)  Es combinar la ciencia contemporánea con la sabiduría tecnológica ancestral de los pueblos indígenas, campesinos y (…)  Es pensar en los pueblos y no en los mercados financieros.   Es colocar a la naturaleza como centro de la vida, y al ser humano como una criatura más de esa naturaleza.
El Desarrollo Integral para Vivir Bien con respeto a la Madre Tierra no es una economía ecologista para los países pobres, mientras los países ricos aumentan la desigualdad y la destrucción de la naturaleza.   El desarrollo integral sólo es viable a nivel planetario, si existe control de los Estados junto a sus pueblos sobre todos sus recursos energéticos.”
2)  Soberanía sobre los recursos naturales y áreas estratégicas
“La nacionalización de empresas y áreas estratégicas permite que el Estado asuma la conducción de la producción, el control soberano de la riqueza e iniciar la planificación para industrializar las materias primas, y distribuir la ganancia entre la población”
3) Bienestar para todos convirtiendo los servicios básicos como derecho humano.
“Para resolver las inequidades sociales es necesario incorporar en la legislación internacional y en la normativa nacional de todos los países, que los servicios básicos son un derecho humano fundamental de las personas.   Esto significa que es una obligación legal de estados el garantizar la universalidad de los servicios básicos, por encima de costos o de ganancias”
4) Emancipación del actual sistema financiero internacional y construcción de una nueva arquitectura financiera
“Proponemos liberarnos del yugo financiero internacional construyendo un nuevo sistema financiero que priorice los requerimientos de las actividades productivas de los países del Sur, en el marco del desarrollo integral.   Tenemos que crear y fortalecer bancos del Sur que impulsen proyectos industriales, que refuercen los mercados internos regionales, que fomenten los intercambios comerciales entre nuestros países, pero en base a la complementariedad, la solidaridad.
Necesitamos, además, impulsar la regulación soberana de las actividades financieras mundiales que amenazan la estabilidad de las economías nacionales.  (...)
 Debemos sustituir las instituciones financieras como el FMI  por otras que permitan una mejor y mayor participación de los países del sur en sus estructuras de decisión, hoy capturadas por potencias imperiales.   Es preciso establecer límites a las ganancias especulativas y a la excesiva acumulación de riqueza.”
5) Construir la gran alianza económica, científica, tecnológica y cultural de  los países del g77 + china
“Necesitamos intensificar los intercambios comerciales entre los países del sur y orientar nuestras actividades productivas en función de los requerimientos de otras economías del sur, en base a la complementariedad de necesidades y capacidades.   Necesitamos programas de transferencia tecnológica entre los países del Sur. La soberanía y el liderazgo tecnológico imprescindible para una nueva economía mundial con justicia no lo podrá lograr cada país por sí mismo.   La ciencia tiene que ser un patrimonio de toda la humanidad, y al servicio del bienestar de todos; sin exclusiones ni hegemonismos.
(…)Bolivia propone la constitución del INSTITUTO DE DESCOLONIZACIÓN Y COOPERACIÓN SUR –SUR.   Este instituto estará encargado de proporcionar asistencia técnica a los países del Sur, para profundizar la implementación de las propuestas del G77 + China.   También otorgará asistencia técnica y fortalecimiento institucional para el desarrollo y la autodeterminación; para llevar a cabo investigaciones; y proponemos que la sede del instituto de descolonización se encuentre en Bolivia.”
6) Erradicar el hambre de los pueblos del mundo
“Es un imperativo en el mundo erradicar el hambre y promover que se aplique y se ejerza plenamente el derecho humano a la alimentación.   La priorización de la producción de alimentos debe contar con la participación de los pequeños productores y comunidades indígenas campesinas, que son las que preservan un conocimiento ancestral en lo que se refiere a la producción de alimentos.
Para lograr la erradicación del hambre, los países del sur debemos generar condiciones para el acceso democrático y equitativo a la propiedad de la tierra, que no permita el monopolio de este recurso a través del latifundio, pero que tampoco fomente la fragmentación minifundista e improductiva.   Consolidar la soberanía y seguridad alimentaria, mediante el acceso a los alimentos sanos y saludables para el bienestar de la población.   Eliminar los monopolios transnacionales en la provisión de insumos agrícolas para garantizar seguridad alimentaria con soberanía”
7)  Fortalecer la soberanía de los estados sin intervencionismo, injerencia ni espionaje  
“Propiciar en el marco de las Naciones Unidas, una nueva institucionalidad para el Nuevo Orden Planetario para el Vivir Bien.   Las instituciones que emergieron después de la Segunda Guerra Mundial, como las Naciones Unidas, hoy requieren una profunda transformación.   Se requieren organismos internacionales que fomenten la paz, que eliminen las jerarquías mundiales y que promuevan la igualdad entre los Estados.
Por ello, tiene que desaparecer el Consejo de Seguridad de la ONU porque en vez de asegurar la Paz entre las naciones ha promovido la guerra y las invasiones de potencias imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los países invadidos. (…)”
8) Renovación democrática de los estados  
“El siglo XXI tiene que ser el siglo de los pueblos, de los obreros, de los campesinos, de los indígenas, de los jóvenes, de las mujeres; es decir, de los oprimidos.   El protagonismo de los pueblos significa la renovación y profundización de la democracia.
Tenemos que complementar la democracia electoral con la democracia participativa y con la democracia comunitaria.”   (…) 
La renovación de la democracia en este nuevo siglo también requiere que la acción política se constituya en un completo y permanente servicio a la vida, que es, a su vez, un compromiso ético, humano y moral con nuestros pueblos, con los más humildes.
Y para ello, debemos recuperar los códigos de nuestros ancestros: no robar, no mentir, no ser flojo y no ser adulón (...)”
9) Un nuevo mundo desde el sur para toda la humanidad
“(…) nuestra liberación no es solo la liberación de los pueblos del Sur. Es a la vez la liberación de la humanidad entera porque nosotros no luchamos para dominar a otros; luchamos para que nadie domine a otro.   Y a la vez solo nosotros podemos salvar a la fuente de toda vida y de toda sociedad: La Madre Tierra que ahora está amenazada de muerte por la angurria de un capitalismo depredador y enloquecido.

Hoy otro mundo no solo es posible sino que es imprescindible.   Hoy otro mundo es imprescindible porque si no, no habrá ningún mundo posible.   Y ese otro mundo de igualdad, de complementariedad, de convivencia orgánica con la madre tierra solo puede surgir de los mil idiomas, de los mil colores, de las mil culturas hermanadas de todos los Pueblos del Sur”

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