20 de marzo de 2010

A Luciano Arruga, Matías Pena y Rubén Carballo los mató la policía.

(AW) La causa sobre la muerte de Rubén Carballo, golpeado y abandonado durante el recital de Viejas Locas, parece haber retomado el rumbo al declarar un testigo protegido que a Rubén (17 años) lo metieron en un patrullero y se lo llevaron. Rubén fue brutalmente golpeado el 15 de noviembre de 2009 y falleció el 8 de diciembre, tras 23 días de agonía.
Buenos Aires, viernes 19 de Marzo de 2010 (Agencia lavaca)

El repaso de los casos indica que la causa de Rubén Carballo tuvo esa novedad que lavaca venía anticipando: recién ahora se le pudo garantizar la identidad reservada a un testigo clave (para evitar represalias policiales), que por eso mismo pudo declarar lo que vio la noche del 14 de noviembre. Contó que vio cómo Rubén -inconsciente- fue subido por policías a un patrullero, lo cual desarma el argumento policial según el cual el chico cayó desde una autopista a un rincón de un club aledaño a Vélez Sarsfield. Rubén sólo había ido a ver el recital de Viejas Locas, con su entrada. Una teoría: la barra brava de Vélez, en coordinación con la policía, ingresó al estadio dejando afuera a miles de personas, hecho que provocó reclamos del público, respondidos con su característico entusiasmo por la represión policial. Rubén falleció el 8 de diciembre.

La familia Carballo y el abogado Eduardo Azcuy pidieron que se investiguen las conversaciones de radio y celulares del personal policial que cumplía funciones esa noche. La defensa cuenta con testigos que narran la visible y permanente comunicación por handy entre los policías de la Comisaría 44. "Con la tecnología que hay, no debería ser un problema. Pero la policía no está facilitando la investigación" dice Rubén Carballo padre, en una paradoja típica de estas situaciones donde quienes tendrían que investigar son en realidad los posibles acusados. "siguen intentando encubrir todo esto" dice el hombre.
A 100 días de la muerte de Rubén, la novedad del testigo protegido puede permitir que lo que busca la familia Carballo: cambiar la carátula de "muerte dudosa" que mantiene la causa. "Vamos a pedir el cambio por homicidio", proyecta Azcuy, mientras se esperan los resultados de las pericias del cráneo de Rubén, que podrían determinar oficialmente qué provocó la fractura expuesta. Dos hipótesis: la policial, que argumenta una caída; la de la familia, que denuncia que la fractura provocada por un objeto romo demuestra que los bastonazos fueron el origen de lo ocurrido.
¿Quién escuchó gritar a Luciano Arruga?
Luciano tenía 16 años cuando desapareció el 31 de enero de 2009. Aquel día estuvo con su mamá Mónica, fue a jugar al Sega con amigos, buscó a su hermana para pedirle dinero para salir con amigos, y fue visto cuando la policía de Lomas del Mirador lo interceptaba. Las sospechas sobre la policía, no sólo por su desaparición sino por el "reclutamiento" de chicos para delinquir, ocurren mientras las voces de siempre piden más "mano dura" y criminalizan a los chicos pobres con la versión actualizada del "algo habrán hecho" .
Después de mucho tiempo sin respuestas ni culpables, la causa acaba de moverse. Se obtuvieron resultados de las pericias de las comisarías involucradas, incluyendo la de Lomas del Mirador que funcionó como centro clandestino durante la dictadura (la llamaban "Sheraton", como si fuese un hotel). Durante 2009 no sólo no se había avanzado sino que los policías sospechosos continuaron trabajando como si no hubiese ocurrido nada, y se los consideró simplemente "testigos". Las nuevas pericias permiten al abogado de la causa Juan Manuel Combi asegurar que es gravísima la adulteración de los documentos según los cuales la entrada de Luciano no está registrada (esa es otra desaparición en este caso, la del registro). Combi está a punto de presentar un nuevo pedido de indagatoria sobre ese grupo de al menos ocho uniformados. "No planteamos sólo por la desaparición de Luciano. La idea de la causa es también denunciar el delito de coacción agravada por amenazas, la supresión de documentos públicos y el incumplimiento de deberes de los funcionarios públicos".
Vale recordar que otro caso de desaparición, la del estudiante de periodismo Miguel Bru en La Plata (agosto de 1993) fue una suerte de bisagra en estos casos al condenar por homicidio a los policías, pese a la no aparición del cuerpo.
2 mil fojas llenas de nada
Atahualpa Martínez Vinaya tenía 19 años, cuando el 15 de junio de 2008 fue baleado por la espalda y arrojado en las afueras de Viedma, Río Negro. Estaba en 5° año y con intenciones de estudiar medicina. De origen mapuche-aymara, participaba con su comunidad -y con su madre Julieta- en diversas luchas que ya parecen eternas, en busca de la recuperación de territorios y en defensa de la identidad y la dignidad indígenas, derechos escritos en las leyes y las constituciones, pero muchas veces inexistentes en la práctica.
Las 2.000 fojas del caso sólo parecen una acumulación de relleno judicial a esta altura. La actuación policial en el lugar generó más sospechas (o certezas) que respuestas, ya que se destruyeron y distorsionaron pruebas, otra característica ya clásica en estas situaciones.
A más de un año y medio de la desaparición de su hijo Julieta Vinaya se lamenta: "No hay siquiera una hipótesis". Por eso mismo, sólo queda la del encubrimiento: "Nadie dice nada. Nadie vio nada" explica la mujer. La recompensa de 100 mil pesos no tuvo efectos, ni las casillas de mail habilitadas y los contactos telefónicos. Julieta interpreta el silencio: "Hay mucho miedo".Las esperanzas estaban hasta hace poco depositadas en un informe de la Gendarmería, investigando a la policía, pero el resultado fue una simple transcripción de la causa sin datos novedosos, según la propia Julieta. Este 18 de marzo la familia de Atahualpa se reúne con funcionarios de la jefatura de gabinete, para pedir soluciones y apoyo concreto a la investigación. El caso de Atahualpa se suma a las decenas de casos de fusilamientos y desapariciones ocurridos en la Patagonia.
FUENTE: LAVACA.ORG

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