6 de enero de 2009

cronica de una muerte anunciada

¿Cómo a partir de una medida soberana y popular un gobierno construye su derrota?, Según entendemos este gobierno que llega al poder como recambio de una derecha desgastada, al tiempo rompe con el duhaldismo. Echo que acompañando una serie de políticas progresistas abrió una esperanza para los sectores populares. Sin embargo, pese a romper con el Cabezón, K nunca se decidió a jugarse por los movimientos sociales todo lo contrario; puso todas sus fuerzas en reconstruir el viejo aparato “pejotista” reconvertido en Kirchnerista y en trazar una alianza con sectores de la U.C.R. -ahora “Radicales K”- con quienes llegan a la presidencia de Cristina Fernández.


Este gobierno, en términos políticos, toma algunas medidas de corte progresista. Sin embargo, en cuanto a la redistribución de la riqueza lo único que consigue es que la clase media recupere su poder de consumo y que a algunos sectores populares les caigan algunas migas de ese avance de la clase media, al resto nada.

Luego de las ultimas elecciones y con una derecha que comienza a salir de la defensiva, sin resolver sus internas, habiendo ganado la capital de la mano de Macri, la provincia con Scioli, con el socialismo en Santa Fe y con Carrío ganando en todos los grandes centros urbanos, K va de lleno a la reconstitución del sistema partidario tradicional y juega su gran carta al reorganizar el viejo y querido Partido Justicialista, del cual obviamente quedan relegadas las fuerzas de izquierda del Kirchnerismo; en este marco de reenblocamiento también apuesta a la reconstitución del otro gran partido, la Unión Cívica Radical, de la cual quedan afuera los radicales K que un tiempo antes habían desembarcado en la “Concertación Plural”.

Llegamos entones a las retenciones móviles: una medida legítima que tiene el Estado para intervenir en la economía, sobre todo en un contexto en el cual los precios del mercado mundial aumentan, ya que hay escasez de alimentos y es necesario desacoplar los precios internacionales de los del consumo interno ya que de no ser así correríamos dos riesgos, uno pagar los precios de nuestra comida en euros y otro que se exporte todo dejando desabastecido el mercado interno.

Como era de esperar esta medida, anunciada de pésima forma, puso a todos los sectores liberales en contra. Claro se estaba violando la sagrada libertad de mercado. Pero no solo esto, puso también del mismo lado del mostrador a pequeños, medianos y grandes productores, entre los cuales en primera instancia la medida no hacia distinciones. Luego llegaron las modificaciones, es cierto, pero ya era tarde el “gorilismo” de clase media se había transformado en cacerolas y tanto la “izquierda liberal” como la ex combativa Federación Agraria se habían encolumnado detrás de la Sociedad Rural, la de Videla y Martínez de Hoz, que volvía a la carga, ya sin militares, ahora lo hacía con los medios.
En este marco reaparece Duhalde, y poco a poco comienzan a reagruparse sus tropas, cosa que queda bien clara en la Cámara de Diputados.
Con el P.J. quebrajado, y la derecha con el campo, K no solo no da un gesto a la izquierda sino que va mas a la derecha aun, perdiendo incluso la batalla cultural ilegalizando, desde su discurso “progresista”, los cortes de ruta, discurso que es reproducido por gran parte del campo popular. Además, K, deja bien claro que hay sectores con los que se discute y sectores con los que no; al reprimir a varias organizaciones en Plaza De Mayo.
Así con un Kirchner bien corrido a la derecha, la CGT dividida por obra y gracia del cabezón, con toda la derecha, parte de la izquierda y toda la clase media encolumnada tras la Sociedad Rural, y con los sectores más pobres de nuestra sociedad incrédulos con el gobierno y luego de un paso por diputados en el cual por un marco muy reducido de votos se había aprobado el proyecto oficial se llega al debate en el Senado.
Luego de la votación de los senadores le toco la definición a Julio Cobos, uno de esos “Radicales K” que se acercaron al Kirchnerismo, aportando un buen caudal de votos y que luego de las elecciones fueron ninguneados por el pingüino.
Y Cobos hizo lo que haría cualquier radical: votar a favor de la oligarquía, jugarse a encabezar al radicalismo y por sobre todo cobrarle a los K el haberlos usado. Final esperado.
El saldo; en términos económicos el Gobierno deberá retroceder con las retenciones móviles. En términos políticos, la derecha retoma la ofensiva y se envalentona para futuras disputas. Y en términos culturales se entrego a la clase media a la derecha y se ilegalizo la protesta.


FACUNDO VILLALBA (APACHE)


JOVENES AL FRENTE

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