6 de enero de 2009

VICTORIA GRANDE


“Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que hemos estado más visibles en este proceso que es de todo un pueblo”, dijo Rafael Correa desde Guayaquil, visiblemente emocionado, tras hacer un llamado a la unidad del país, luego de que el pueblo ecuatoriano eligió que “la revolución ciudadana” se profundice.


La republica hermana del Ecuador esta viviendo un momento de álgida felicidad, ya que una vez más el proceso de cambio continúa a pasos agigantados hacia la segunda independencia en cada uno de los pueblos que integran nuestra América Latina.

En el día de ayer se aprobó, con un porcentaje superios al 63 por ciento del voto popular, la nueva constitución promovida por el presidente ecuatoriano, que desde su triunfo en las elecciones del 26 de noviembre del 2006, habia prometido como una de las reformas a llevar a cabo en el pais.

La victoria en la elección no es solo una simple votación, no es un simple logro de un presidente, es la posibilidad de que como en Venezuela y Bolivia se lleve a cabo un nuevo modelo de pais. La constitución electa refuerza el papel del Estado en la economía, desarrolla mecanismos de participación directa y reserva al sector estatal el manejo de los recursos naturales. Además, se concibe como instrumento político para la instalación de un nuevo modelo económico y de desarrollo, que permita ahondar en el “socialismo del siglo XXI”. El próximo paso previsto en la Constitución será convocar elecciones legislativas y presidenciales. Correa podrá volver a ser candidato y hasta aspirar a la reelección cuatro años después, sin que se le computen el año y 10 meses que lleva en el gobierno.

Esta es una victoria de América latina, de sus pueblos y su gente, es un paso mas dado para la unificación y la reinserción del continente fuera de los intereses personeros y golpistas de los gringos y sus mercenarios.

Rafael Correa, Evo Morales y Hugo Chávez, son los valuartes que transcurriendo el siglo XXI, lucharan tanto ellos, como los movimientos sociales que lo acompañan hacia una nueva revolución, la verdadera y libertaria revolución de los pueblos latinoamericanos.


POR: Augusto Taglioni.

Jóvenes al frente.

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